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SI TE GUSTA la comunicación política, o la política en general, o eres periodista dedicado a informar de estos menesteres, o simplemente tienes curiosidad por los entresijos de esta actividad, en ocasiones tan denostada, pienso que el libro del que nos ocupamos hoy te puede interesar. Captar tu atención y hasta divertirte por sus buenas dosis de sarcasmo y fina ironía. Vaya por delante que ‘Queridos niños’ es el apelativo con el que el protagonista se refiere a los electores, a los votantes, porque así no se olvida de “sus caprichos infantiles”.

Publicado por Anagrama, David Trueba (Madrid, 1969) vuelve a demostrar aquí su buen oficio a la hora de escribir y, lo que es importante, sabe de lo que habla cuando habla de política. Desconozco si alguna vez se ha subido a una caravana electoral, pero tiene todo el aspecto de haberse empapado bien del tema, dada la solvencia con la que trata el asunto.

En sus 452 páginas, el multifacético autor nos cuenta la historia de Basilio, un veterano y mordaz periodista –tan brillante como cínico–, contratado como escritor de discursos para la candidata presidencial Amelia Tomás, al frente del partido con el pasado más corrupto del país. El logógrafo de Trueba que, aunque no llega a ser exactamente un Miguel Ángel Rodríguez o un Iván Redondo al uso, también ejerce de conspirador en la sombra, además de maniobrar con destreza para que la veterana, pero inexperta aspirante utilice sus palabras. Las utilice y las arroje a sus adversarios, convencido como está de que la magia de la oratoria y la retórica es el mejor camino para ir escalando en las encuestas y pisar el terreno de sus rivales hasta conseguir el ansiado objetivo de hacerse con el poder. Y lo hace “manipulando la verdad, como requiere el oficio”.

Basilio, al que sus enemigos apodan el Hipopótamo por sus 119 kilos –quién sabe si también por su naturaleza feroz e instinto agresivo–, es el hilo conductor, en forma de narrador, de la gira electoral de la candidata por varias ciudades y pueblos de España, cuyos múltiples escenarios nos sitúan ante lo más descarnado de la política: con sus conflictos, ambiciones, engaños, triquiñuelas y traiciones. Con sus contradicciones y miserias, en definitiva. Y donde, como dice la reseña de la propia editorial, “competir es lo de menos: lo único aceptable es ganar”. “Ganar, ganar y (volver a) ganar”, según el ya clásico aforismo atribuido a Di Stéfano, popularizado por Luis Aragonés.

Esta obra de ficción, toda una sátira escrita con buen ritmo, nos ayuda a comprender mejor cómo funciona la política por dentro. Y lo hace, además, sin caer en el sectarismo, lo cual es otro de sus principales aciertos. La trastienda del poder al desnudo. Aunque el retrato no sea edificante. Otra cosa es que, en ocasiones, renunciemos a ejercer de adultos y decidamos mirar a otro lado para convertirnos en esos “queridos niños” necesitados del cariño de nuestros ‘padres políticos’, en quienes confiamos ciegamente. Al fin y al cabo, nadie mejor que ellos para guiarnos (electoralmente) por el buen camino, dicho con toda la ironía.

Algunas frases de la novela que he subrayado:

  • “En política la tranquilidad no existe. La política es como la Fórmula 1. Conocí a un piloto que decía: si nadie está tratando de adelantarte, preocúpate. Quizá es que vas el último”.
  • “Ganar lo justifica todo. Ganar lo disculpa todo. Ganar lo hace olvidar todo”.
  • “La democracia solo tiene un punto débil. Depende de la gente».
  • “En política quien te protege te domina”.
  • “Los fieles a las esencias de los partidos son sus votantes, no sus integrantes”.
  • “Un político tiene que correr a donde está la gente, porque si no la gente correrá donde estás tú y será peor”.
  • “Las tres cosas que se necesitan para triunfar en política: dinero, dinero y dinero”.
  • “Hasta los más desinformados saben que la política es para los políticos, porque los tienen la piel dura y el corazón de amianto. Aceptan el castigo. El escrutinio no les aterra como a los demás mortales”.
  • “La campaña consiste en ocuparlo todo, como un magma invasivo. Eso es estar en campaña, pringarlo todo de una lava ardiente llamada como tú”.
  • “Hay que contrarrestar esta campaña, hay que sacar el lanzallamas, si salimos a luchar con prudencia por taparnos las vergüenzas nos derrotarán sin pelea”.
  • “La política es una máquina de picar carne. Esa sensación de estar ya siendo cesado desde el día en que eres nombrado”.
  • “Sabía por su adorado Vargas Llosa que la política es el arte supremo de mentir”.
  • “Digo que voy a arrasar, porque a la gente le gusta pertenecer al grupo que arrasa”.
  • “Los mejores golpes vienen siempre con un lacito de buenos sentimientos”.
  • “El señor George Gallup se hizo el rey de las encuestas cuando predijo con absoluta precisión el triunfo aplastante de Roosevelt en 1936. Pero en 1948 la cagó de mala manera cuando por muerto a Harry Truman. En política, nadie sabe nada”.
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