Seleccionar página


La presidenta madrileña es, posiblemente, uno de los políticos más accesibles para los periodistas. Te podrá gustar más o menos su manera de actuar, pero no es de las que se suele esconder. Su espontánea actitud y, en ocasiones, su «incorrecta» forma de actuar nos da un juego tremendo. Ella lo sabe y lo explota a su antojo para desesperación de propios y extraños.

Eso no quita para que, a veces, nos deje plantados sin una explicación coherente y razonable. Así ocurrió, por ejemplo, anoche al término da la fallida Conferencia de Presidentes en el Palacio del Senado. Tras casi doce horas de espera, y sin haberla escuchado durante todo el día, la presidenta madrileña dijo que se iba «porque estaba muy cansada». Es cierto que, muy de pasada, comentó algo así como que «no quería corresponsabilizarse con la política económica de Zapatero», pero nada más salió de su boca que pudieran registrar las cámaras y micrófonos que la estaban esperando.

Aguirre, que tenía una sala de prensa reservada, no hizo uso de ella en ningún momento, como si hicieron Camps o Feijóo, que también debían estar cansados tras una estéril jornada debido al empecinamiento del PP. Tan locuaz en muchas ocasiones, la presidenta madrileña hizo anoche mutis por el foro despreciando a las decenas de informadores que aguardaban sus palabras. Habrá quien diga que no tenía obligación de hablar, vale, puede ser, pero no es menos cierto que los periodistas no están para moverse al toque de corneta como, en ocasiones, parece gustarle a la presidenta. Tal vez se estaba reservando para su entrevista de hoy en El Círculo a Primera Hora, de Telemadrid.

Share This