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Los obreros y las vallas han vuelto a la plaza de Callao apenas un mes después de su peatonalización completa. Las prisas en llegar a tiempo para inaugurar la reforma antes de Navidad, la ausencia de control por parte del Ayuntamiento de Madrid sobre la ejecución de los trabajos y, sobre todo, la falta de profesionalidad de la empresa encargada de la pavimentación, nos han devuelto esta escena de tebeo. Los obreros, de paso, también tendrán que reparar las endebles estructuras metálicas para proteger los alcorques de los árboles, que tampoco han resistido el tránsito masivo de madrileños. Una foto, en definitiva, digna de Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio.

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