
«ENTRÓ EN EL quirófano para arreglarse la nariz y salió en coma irreversible. Su familia lleva más de 20 años en los tribunales. Hasta ahora la Justicia había desestimado la demanda de negligencia médica basándose en que el paciente sufrió un vómito durante la operación y el anestesista no pudo hacer nada más por él».
Desde hace días me apetece hablar con algo de reposo sobre la vertiente periodística del «caso Antonio Meño«, sin que hasta ahora haya sabido cómo plantearlo. Comenzaré por confesar que la pista me la dio una compañera vía Twitter (» Mil veces pasé a su lado, mil me indigné, nunca hice nada») a raíz de que yo mismo planteara de forma retórica algo así como: «¿Dónde hemos estado los periodistas durante los 506 días que Antonio Meño ha estado en la calle para reclamar justicia?». No sé si por desidia, el caso es que los medios fuimos ajenos por completo a esta historia, quién sabe si por estar demasiado entretenidos en las estériles cuitas políticas, de dudoso interés, que irremediablemente nos invaden. Tampoco nuestros mandatarios han estado muy rápidos de reflejos que digamos. Juana Ortega, la madre de Antonio, ha enviado cartas a todo el mundo, desde el Rey hasta a Esperanza Aguirre, que no tuvieron a bien interesarse por este drama.
De forma sucinta diríamos que lo que se dilucida ahora es la revisión por parte del Tribunal Supremo del caso de Antonio, de 42 años, en coma desde 1989 por una operación de estética en la Clínica Nuestra Señora de América de Madrid. Un año y cinco meses estuvo su familia acampada en una caseta frente a unas dependencias del Ministerio de Justicia en la Plaza de Benavente después de que le embargaran su piso de Móstoles para poder pagar el pleito.
La cuestión, como digo, es que hasta hace unos días este drama familiar apenas ha ocupado espacio en los medios de comunicación. Ahora, en cambio, de pronto, gracias al efecto de bola de nieve, los medios han entrado a saco y hasta The New York Times le ha dedicado una página entera. No es cuestión de flagelarse sino de reflexionar sobre nuestras prioridades informativas. Y lo digo porque si hubiéramos estado más atentos a este caso, tal vez le habríamos ahorrado a la familia algún sufrimiento. No se trata, ni mucho menos, de interferir en la actuación de la justicia sino de haber tratado el caso con la debida equidad. Con frecuencia, a los periodistas nos gusta crear grandes historias para luego soslayarlas con la misma rapidez, una vez que las hemos exprimido.
En breve, el Supremo decidirá si anula el fallo de la Audiencia Provincial de Madrid que absolvió al anestesista y se celebra un nuevo juicio o si, definitivamente, se cierra la puerta judicial para la familia Meño. Una familia que nos ha dado una lección de pundonor al haber luchado en solitario durante tanto tiempo para que se haga justicia. Y nosotros sin ver la noticia. Hasta ahora.
En nombre de la familia Meño le doy las gracias por su reflexión sobre lo poco que hacen los medios de información con casos de este tipo, pues en realidad las personas de a pié solo vemos que se le dedica más tiempo a los insufribles cotilleos por que dan dinero, al igual que los Srs. Diputados que solo se interesan de algo si hay votos por medio.
Bien es cierto que desde el mes de junio del pasado año, pocos han sido los medios que han pasado por la plaza, pero no sería justo decir que no los ha habido, muy pocos pero han estado hay, uno de ellos sin duda alguna ha sido la locutora de Radio Ascensión Marín que a lo largo de todos los meses se implicó con la familia Meño dándoles difusión semanalmente.
Penoso fue ver el despliegue y la difusión de medios, así como políticos en barajas por la señora Aminatou Haidar en supuesta huelga de hambre por sus derechos. Derechos que no pongo en duda en absoluto, pero mientras una familia en la plaza de Jacinto Benavente, se pudría con el desprecio del propio congreso al ser denegadas las firmas presentadas, así mismo de la Srª Aguirre o la misma Casa Real, de las que la familia Meño conserva las cartas de negativas recibidas a su problema por no ser de su incumbencia el problema.
Sin duda la familia Meño ha sembrado ya un precedente de incalculable valor para la posteridad con su lucha silenciosa. Me atrevería a compararles con Mahatma Gandhi, Juana de Arco, las Abuelas de la Plaza de Mayo en Argentina, ya que cada cual hizo o hace su lucha de diferente manera.
No deja de ser curioso ver la grañidísima afluencia de medios estos últimos días interesándose por la familia Meño, por su historia, pero venditos sean aunque sea demasiado tarde…
Muchas gracias.
Muchas gracias a la familia Meño por dejar este comentario que, sinceramente, me ha emocionado. Ojalá aprendamos la lección. F
Desde luego lo que ha logrado esta familia sienta un precedente importante y abre un camino para futuras reclamaciones médicas.
Espero que hayan conseguido que nuestros próceres se avergüencen un poquito, aunque después sigan mirando a otro lado
Trasmitiré su comentario a Juana por que sin duda les dan muchos ánimos para seguir esta lucha fraticida. Se que no cejará en su empeño por conseguir Justicia aunque le cueste la vida en el empeño, no son pocas las veces que hemos comentado que si la Plaza estuviese llena de chiringuitos pidiendo Justicia, por que casos hay muchos, se verían las cosas de otro modo muy diferente.
Vi hace poco en la Plaza, un escrito de una procuradora que aseguraba que el 20 % de las personas que se someten a una intervención quirúrgica, están predestinadas a terminar en Coma Vigil, toda una lección de las chapuzas que hace la medicina??
Muchas gracias por el escrito y los comentarios.
Saludos.
Solo hados dos observaciones:
Una que la familia Meño tres 516 días, sigue acampada en la Plaza de Jacinto Benavente.
La otra es que por su fraticida lucha no les han embargado aun, lo que no quiere decir que no lo puedan hacer si la Justicia sigue empecinada en no reconocer sus propios errores.
Tras el tres de noviembre, esperamos que se haga Justicia de una vez para siempre y se dejen sin efecto estos 21 años de sufrimiento con la revisión real del caso.
Saludos.
Cuando mi pequeña Julia nos dejó tras 2 años y medio EN COMA a causa de un brutal atropello por culpa de un asesino borracho, decidimos ir a Madrid y nos encontramos con la familia Meño.
Al igual que ellos, nosotros también habíamos sido olvidados por las instituciones y todo se había vuelto en nuestra contra por luchar y luchar por la Justicia y Dignidad para nuestra hija. Nos han intentado mentir y nos han denunciado por exigir depuración de responsabilidades de quienes ocultaron datos esenciales para la investigación del atropello.
Hemos sido denunciados con el objeto de hacernos callar y la prensa ha silenciado todos y cada una de las notifícaciones que nos hubieran ayudado a denunciar cuanto sucedía.
Han sido muy pocos los que se atrevieron…
El 29 de noviembre de 2010 acudiremos los padres de Julia acudiremos como imputados a un juicio por poner una pancarta en nuestra propia casa. Dicha denuncia fue puesta por nuestro propio alcalde de Almoradí (Alicante) y su Intendente Jefe de la Policía Local, casualmente ellos son quienes ocultaron a una de las personas imputadas ahora en el proceso de nuestra niña.
Es una vergüenza que todavía no se haya juzgado la muerte de nuestra hija y se atrevan a enjuiciarnos con mentiras y más mentiras en sucesos ocurridos a razón de la falsedad ante la muerte de un ser humano.
Al igual que Antonio y Juana, nosotros lucharemos hasta que una sola gota de sangre corra por nuestras venas.
Si desean saber más sobre nuestra lucha:
http://almoradi-justiciaydignidad.blogspot.com