
DESDE HACE TIEMPO se viene hablando con insistencia del fin de la prensa escrita debido a la explosión de Internet. Los datos no son, desde luego, alentadores: las empresas reducen beneficios o directamente cierran; las plantillas desaparecen, disminuyen o migran hacia la Red; los anunciantes abandonan los medios tradicionales y empiezan a confiar en Internet; y los lectores, que son la razón de ser de este proceso como destinatarios últimos de la información, empiezan a caer rendidos ante los cantos de sirena que vienen del ciberespacio.
Los tiempos están cambiando, qué duda cabe, a velocidad de vértigo. El viejo modelo de periódicos rentables y con gran influencia social está dando paso a uno nuevo cuyo desenlace desconocemos. El hecho cierto es que los jóvenes apenas leen periódicos, que la edad media del lector no para de subir, y que empieza a cundir la idea de una especie de «periodismo a la carta» con una nula exposición a noticias no deseadas. Los profesionales, entretanto, sobreviven como pueden en medio de un panorama desalentador, cuyo único horizonte parece ser el paro y la precariedad.
Y a todo esto hay que añadir la gran pregunta sobre el futuro que aguarda a los periodistas. Dicen los que saben de esto que el buen periodismo nunca morirá y que, por encima del debate entre lo impreso y lo digital, entre tanto bulo que circula por la Red, siempre habrá un espacio para una noticia rigurosa y contrastada. Quiero pensar que, por encima de adornos y fuegos artificiales, por encima de tanta superficialidad, el lector con criterio seguirá apreciando el buen periodismo antes que el «corta y pega». Necesitamos creer que este maldito y sagrado oficio aún cumple una función imprescindible. Necesitamos creerlo porque está en juego nuestra propia supervivencia.
Creo yo que la muerte del papel se ha venido gestando en los últimos años con un periodismo cada vez peor. Un periodismo en el que todo vale, desde las conspiraciones hasta dar voz a indeseables que nada tienen que aportar, salvo agitación y asegurar ventas. Paralelamente desaparece la interpretación, mientras la información noticiosa se confunde con la opinión y mientras las nuevas remesas de periodistas se limitan a poner comillas y a asistir a ruedas de prensa en las que no se admiten preguntas. Y no pasa nada. Bienvenida sea la muerte del papel diario si se lleva todo esto. La apuesta puede ser Internet, pero donde no todo sea inmediatez. Y, quizá, la apuesta debería ser prensa no diaria de papel, especializada, con opinión, con interpretación, con información (lo que también supone formación). Cada vez, por ejemplo, me interesa más Le Monde Diplomatic. Joé qué rollo he soltado para ser lunes por la noche.
Llevo (glups), 17 años abriendo, leyendo y cerrando periódicos por motivos de trabajo.
En este tiempo he visto polarizarse la prensa y convertirse en el BOE de los diferentes partidos políticos.
Creo firmemente, al 100%, que en cada periódico de este país hay alguien que escribe cosas inteligentes. Aunque solamente sea una persona.
Me dan ganas de vomitar determinados medios, de ambas orillas.
Especialmente asquerosa me parece LA GACETA… que, no en vano, ha suprimido su sección de CARTAS DE LOS LECTORES. ¿Por qué será?.
Yo, sin embargo, en los últimos cuatro años, he encontrado en la prensa mi forma de expresar mis ideas como ciudadano.
La gente no sabe que la forma más rápida de quejarse por algo, es que te lo publiquen en las Cartas al Director… que con toda probabilidad terminará en manos del director de comunicación de la empresa / entidad afectada.
Un abrazo inexperto
Nacho
Es importante recalcar esta clase de artículos, ya que nos encontramos en un mundo netamente tecnológico incluso hasta para conseguir trabajo, el estilo de ir a donde el empleador a dejar un curriculum ya es cosa del pasado, existen cientos de aplicaciones para enviar CV, aunque siempre hay que contar con una buena plantilla a la hora de buscar trabajo, es por eso que quiero compartir un sitio donde pueden encontrar trabajo al enviar curriculum a amazon , espero les sirva de ayuda.