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CIEN AÑOS SE cumplen en este 2023 de la muerte del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco (Burgos, 3 de junio 1843 – Madrid, 31 de julio de 1923), autor de varios de los más imponentes edificios que conforman la identidad de Madrid.

Los palacios de Cristal y de Velázquez (en el Parque del Retiro), el Ministerio de Educación, el Palacio de Fomento (Ministerio de Agricultura), la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas, la fachada oeste del Casón del Buen Retiro, o el antiguo Colegio Nacional de Sordomudos y Ciegos (actual sede del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional, CESEDEN), son una buena muestra del legado de este polifacético sabio, historiador, dibujante, arqueólogo y restaurador, además de brillante alarife.

Con estos antecedentes, no es de extrañar que la figura Velázquez Bosco tuviera un gran reconocimiento en el Madrid de finales del siglo XIX y principios del XX, que contrasta con el ‘olvido’ para buena parte de la sociedad madrileña. Y esto no es algo que deba extrañarnos porque es lo mismo que le ha sucedido al gran Antonio Palacios, del que fue profesor. La obra del arquitecto desconocido de Madrid es, a decir de los expertos, mucho más elocuente que el olvido de su nombre, como queda reflejado en este buen vídeo de ‘Idealista news’.

Para paliar, de alguna forma, la injusticia de tan imperdonable olvido, el Ayuntamiento de Madrid -a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural (Área de Cultura, Turismo y Deporte)-, se ha apuntado un buen tanto al organizar un programa de actividades gratuitas para conmemorar el centenario de su fallecimiento.

En Madrid desarrolló Velázquez Bosco buena parte de su obra, cuya Escuela de Arquitectura dirigió hasta su jubilación, además de haber sido académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Evocar su obra en la conmemoración de su fallecimiento, visitar y redescubrir sus icónicos edificios es, de alguna forma, devolverle el reconocimiento que tuvo en vida.

De momento, el recuerdo de Ricardo Velázquez Bosco se limita en Madrid a dar nombre a una glorieta entre San Blas-Canillejas y Barajas. No parece demasiado para una figura que tanto ha contribuido a engrandecer el imaginario colectivo de la capital.

P. D. El cartel es obra del ilustrador gallego Carlos Arrojo.

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