Ya lo intentaron con éxito el año pasado y, como el invento les dio resultado, repiten de nuevo ahora con renovados bríos para mayor gloria, por ejemplo, de la película de moda, del último videojuego, o de lo que haga falta. Que a nadie le extrañe, pues, si bajo las barbas de Papá Noel se esconde la oferta para comprar un televisor o de las ramas del arbolito navideño cuelga la ganga de algún gran almacén. Es el signo de los tiempos y lo que no acabo de entender es cómo este mismo modelo no se aplica también el resto del año. De esta forma, estirando el chicle de las genialidades podríamos patrocinar la recogida de basuras, el nombre de los colegios e, incluso, las salas y salones de las dependencias municipales.
Claro, que puestos a sacar dinero de hasta debajo de las piedras siempre les quedará la opción de privatizar los Reyes Magos. Tiempo al tiempo. De esta forma, las mermadas finanzas municipales podrían aliviar su desoladora desnudez con la inocencia del gasto paterno. De momento, y como todavía es gratis, Feliz Navidad.
Amigo Azul, no des más ideas privatizadoras… en cualquier caso, a pesar de las estrujadas finanzas, te deseo unas fiestas muy felices y que sean la antesala de un muy feliz 2011.
Un abrazo.
Muchísimas gracias Ana. Por muchas cosas, entre otras por tu fidelidad bloguera. Y por muchas más. Un abrazo enorme. Salud y suerte en 2011.