Escribo estas líneas mientras la policía les está desalojando de la Puerta del Sol. Ayer estuve en la acampada y hablé con dos de ellos, Tomás y Sandra, y no tuve la impresión de que fueran dos peligrosos «ácratas sin ley». Al contrario. Lo que explicaron me pareció muy sensato, tanto posiblemente como genérico («recoger y canalizar la indignación ciudadana») e irrealizable («aglutinar a toda la sociedad civil»). También soy consciente de que al ser un grupo tan heterogéneo («si no nos dejáis soñar no es dejaremos dormir»), sin experiencia en movilizaciones, desbordados por el «éxito» y enfrentándose a un fenómeno nuevo y en ebullición («lo queremos todo y lo queremos ahora»), los riesgos de que la cosa pierda fuerza y eficacia son evidentes.
Yo no sé si, parafraseando aquella cita de Mayo del 68, bajo los adoquines de la Puerta del Sol está la playa o, como dicen los escépticos, sólo hay asfalto. Lo que sí tengo claro es que no basta con indignarse en silencio y, por supuesto, que otra política es posible. Si yo tuviera 24 años, que no los tengo, y estuviera en paro y sin futuro, también querría saber qué es lo que hay bajo las losas de granito de Sol.
No es un reto para vosotros? si los periodistas sabeis comunicar este "evento" no tengo duda que seguiremos adelante… si al contrario se nos intenta desacreditar, insultar, etc… no se cual puede ser el final. Saludos y felicidades por tus textos que siempre me saben a poco y por cierto ¿estabas alli indignado? o solo recogiendo información?
Indignada, muy indignada (poco importa mi nombre)
Muchas gracias "muy indignada" amiga por tu comentario. Estuve el domingo en Sol y ya pude atisbar la que se estaba organizando. Volví el lunes para informar en directo junto a la jaima que había instalada y yo no vi antisistemas sino gente sensata. Pensé incluso que eran nuestros hijos; podrían serlo perfectamente. Regresé el martes para palpar el ambiente y comprendí que el desolojo fue un inmenso error. Volveré, sin duda, más días porque mucho me temo que la cosa no acaba aquí.
Esperemos que no se quede como un oasis en medio el desierto. Yo voy ahora mismo para allá: a la Plaza de la SOLución.
Un saludo.