RELATABA ESTE LUNES el periodista de El Mundo Carlos Fresneda el éxito de Arianna Huffington como líder del periodismo en la Red. El asunto me ha parecido del máximo interés, habida cuenta del desconcierto actual que viven, y sufren, los medios de comunicación «tradicionales». 10 millones de usuarios únicos, un incremento de lectores del 150% en el último año y unos ingresos de hasta 16 millones de dólares con apenas medio centenar de periodistas nos dan una idea de la enormidad del proyecto que ha nacido en Los Ángeles.
«Creo firmemente que el futuro del periodismo será híbrido», defiende la inventora del «Huffpost» con una clarividencia que muchos agradecerán. Dicen que todo, o casi todo, está inventado en este negocio, pero siempre hay algún apóstol que con su clarividencia marca el camino de los demás. Los críticos del proyecto, según relata el propio Fresneda, se quejan de que detrás tan sólo hay un pequeño grupo de periodistas, apenas 11, y de que la web se nutre del trabajo de voluntarios. Los grandes popes de la comunicación andan desorientados acerca del futuro que aguarda a los medios, aunque mucho me temo que este «periodismo híbrido», ya sé que la palabreja suena fatal, puede ser una de las soluciones. «Los viejos medios están abrazando ya los métodos de los nuevos», Huffington dixit, y el baile no ha hecho más que empezar.
Entiendo perfectamente que las empresas periodísticas estén preocupadas por la supervivencia de sus negocios, pero tampoco estaría mal que los periodistas comenzáramos a interesarnos sobre nuestro papel en estos tiempos de cambio. Me gustaría pensar que el buen periodismo nunca morirá, independientemente del soporte elegido y que los receptores de la información sabrán encontrar el camino adecuado, aunque tampoco estoy muy seguro. No es tiempo de certezas, sino de confusión. «Estudien, muchachos, o acabarán de periodistas», conminaba un profesor a sus alumnos universitarios, según ha relatado en alguna ocasión el escritor mejicano Juan Villoro. El periodista Rodolfo Serrano (Un oficio de fracasados) suele citar la frase de Mark Twain «habiendo fracasado en todos los oficios, decidí hacerme periodista». Habrá que tomárselo con humor mientras decidimos qué queremos ser de mayores.
Reclamo la definición y acotamiento de la profesión de Periodista.
Yo soy un magnífico ejemplo de intruso de la profesión. Carente de título específico de la materia, creo que he ejercido como tal en cuatro años mucho más que la mayoría de los Desganados Licenciados que nacen en las facultades de la información.
Se quejan de falta de experiencia y de que ello les lleva a ser rechazados en los trabajos. PArece mentira que hoy en día alguien no sea capaz de construirse su propia AUTOEXPERIENCIA en los medios de comunicación y presentarla como aval.
Pero para eso, ni memoria Ram ni Gigas de capacidad.
Tener huevos para escribir sobre un papel (o pantalla) en blanco.
Con dos habitantes del escroto.
Abrazos excesivos
Nacho
Los nuevos medios necesitan un número mucho menor de periodistas que los medios tradicionales. Además de estos medios debemos preocuparnos los periodistas, ya que el panorama no parece muy bueno. Menos puestos, menos sueldo y saber hacer de todo.
La transformación de la música, del cine… y ahora del periodismo.
Quién pillara la capacidad organizativa y coporativa de los controladores aéreos.
¿no?
Abrazos
Nacho