
DESDE LA DISTANCIA, pero sumándome con entusiasmo, yo también pongo mi gota de agua y apoyo la convocatoria que un año más nos recuerda la necesidad de mantener vivo el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel (y de Villarrubia). Incluso ahora, en tiempos de supuesta bonanza hídrica se hace necesario seguir insistiendo y no bajar la guardia porque la supervivencia de Las Tablas no está, ni mucho menos, garantizada. Y no lo estará hasta que el agua vuelva a correr por todos los cauces de la zona.
Esta actividad, iniciativa de “Salvemos las Tablas ya!”, pretende reivindicar los valores culturales de las tablas y promover su conservación, como un elemento clave de su propio ser: su alma.
Es también un homenaje de reconocimiento. Empezando por sus hombres y mujeres, que van desapareciendo de sus orillas, por todo el trabajo y los saberes que nos han dejado; por sus artes, sus herramientas, su saber hacer. Gracias a ellos llegaron así a nuestras manos.
El barco es su símbolo, el resultado del cruce de saberes de pescadores y carpinteros de ribera. A la vez objeto etnográfico y metáfora del tiempo y de la vida.
Se hace en un momento en que los elementos de la cultura del río están tan amenazados y olvidados como él mismo.
Con esta actividad, Salvemos las Tablas ya!, quiere dar continuidad a las acciones emprendidas el 12 del 12 de 2009 en el que la rogativa y ofrenda de agua a las tablas tuvo tan espectacular resultado con la vuelta del agua a todos los cauces de la cuenca del Guadiana. Así es la naturaleza.
Esperamos que con esta acción la naturaleza humana sepa valorar lo que aún estamos a tiempo de salvar.
Por la dignidad de las mujeres y hombres que viven respetando a Las Tablas.
Por la forma de vida de las «gentes del río».
Por la «historia chica» de Las Tablas.
Por su paisaje.
Por la arquitectura popular.
Por nuestro derecho a la participación y a la libertad de expresión.
Por nuestra identidad cultural.