
QUE LA CERVEZA es mucho más que una bebida es algo que ya sabemos desde hace tiempo. La cultura que encierra la actividad cervecera y la historia que atesora, además de la capacidad que tiene para socializar y compartir en nuestros ratos de ocio y disfrute es un valor que merece ser reconocido, más allá incluso de la barra de un bar.
Como Heineken en Ámsterdam, Carlsberg en Copenhague, o Guinness en Dublín, el grupo Mahou ya ha conseguido despejar todos los obstáculos de la enorme maraña burocrática municipal para conseguir su propio museo en la capital.
El proyecto ya fue aprobado por el equipo de Manuela Carmena poco antes de las elecciones y ahora, tras el último pleno municipal de 2019, es cuando recibió el visto bueno definitivo, con el apoyo de todos los grupos salvo el PSOE. El grupo socialista dijo que era “una buena idea en un edificio equivocado”, dada la protección que tiene.
El Museo estará en el Palacio de los Duques del Infantado, un edificio del siglo XVIII en pleno barrio de La Latina, que la cervecera compró por 10 millones de euros, y en el que tiene previsto invertir otros 5 millones para la rehabilitación. Una empresa, por cierto, aunque no tenga un nombre muy castizo, vinculada a la ciudad de Madrid desde su creación hace casi 130 años. Su primera fábrica estuvo en la calle Amaniel, donde hoy se encuentra el Museo ABC de Ilustración.
El principal escollo administrativo ha sido cambiar el antiguo uso de equipamiento educativo –antes estuvo allí la Escuela de Negocios del CEU– al de cultural privado. Será museo, espacio cultural, divulgativo e informativo de la actividad cervecera de esta compañía.
También contará con un auditorio y un espacio cervecero gastronómico al final del recorrido, que será solo para los visitantes, sin acceso directo e independiente desde la calle, tal y como habían pedido las asociaciones vecinales preocupadas por el uso recreativo de ese espacio.
Técnicamente, tras varios años de retraso, la compañía que preside José Antonio Mahou Herráiz ya puede comenzar las obras porque incluso ya tienen diseñado el proyecto de lo que quieren hacer allí tras haber convocado un concurso de ideas en el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM) que ganó Héctor Fernández Elorza.
La idea es respetar al máximo la estructura del edificio, incluyendo en el patio interior un enorme espejo que reflejará el skyline de Madrid., También contará con un graderío al aire libre, que servirá de anfiteatro multiusos para conciertos y conferencias “con las mejores vistas de la ciudad», según explicó Fernández Elorza durante la presentación del proyecto.
Mahou se dispone a tener un museo en su ciudad, con el que sueña desde hace años, y nosotros desde aquí brindamos por ello, naturalmente, con una caña bien tirada.