
HACÍA TIEMPO QUE un relato informativo no me había atrapado de la forma con la que lo ha hecho ‘El guerrillero’. Hasta el punto de haber sacrificado el tiempo de lectura para dedicarlo íntegramente a la escucha de este pódcast. Un documento que reúne todos los ingredientes de un trabajo periodístico bien hecho: una historia digna de ser contada, bien narrada y con un cuidado diseño sonoro, cuya escucha considero imprescindible.
La obra lleva la firma de Almudena Ariza, cuyo rigor como periodista en tantas coberturas profesionales es garantía de éxito. Ella misma cuenta esta trepidante historia, tras haber investigado durante tres años. Por resumir el hilo argumental, estamos ante un relato sobre la dictadura de Augusto Pinochet (1915 – 2006) y de los movimientos clandestinos chilenos a través de un personaje tan increíble como ‘El guerrillero’ que, sin duda, acabará convertido en libro o película.
Es la historia de cómo la veterana corresponsal de RTVE, que a punto estuvo de ser directora de Informativos de Televisión Española, descubrió que su discreto y tranquilo cámara de París había sido un guerrillero chileno. Y no uno cualquiera, sino alguien que intentó matar a Pinochet, sin lograr su propósito, como es bien sabido, ya que el dictador falleció en el hospital a los 91 años. La historia oculta, en definitiva, de Víctor Díaz Caro, antiguo militante en contra de la dictadura chilena, que venía “de una familia compuesta por un comunista y por una ferviente católica».
Fascinante historia
Ariza llevaba tiempo trabajando a su lado -era uno de los dos cámaras de la corresponsalía en la capital francesa-, aunque ignoraba por completo su pasado. “La fascinante historia que Víctor, de origen chileno, ocultaba tras el disfraz de un hombre tranquilo con una existencia común y corriente».
«Mi compañero Víctor Díaz Caro atentó contra Pinochet en 1986, fue detenido, torturado y logró escapar de la mayor cárcel de seguridad del país. Vive en París como refugiado político y trabaja como cámara de televisión», ha relatado la corresponsal, que viajó a Chile para visitar la casa familiar de su compañero y entrevistar a familiares de desaparecidos y víctimas de la represión de la dictadura militar.
Víctor le había pedido prestado un libro sobre la dictadura chilena que había llegado a la redacción y se lo devolvió al día siguiente. Había leído las más de 300 páginas en apenas unas horas y eso despertó la curiosidad de Almudena, que buceó por internet en busca de más datos. Los obtuvo, y con creces, hasta el punto de empezar a darle forma al relato de manera que, cuando los dos terminaban su jornada de trabajo para la tele, se reunían en torno a una grabadora para charlar sobre la vida pasada del cámara. “Su relato me pareció algo épico, una vida intensísima, llena de giros, que además explicaba muy bien la historia reciente de Chile”, ha explicado la periodista
El relato
La historia de Díaz Caro arranca en 1946 con la declaración de ilegalidad del Partido Comunista por parte del entonces presidente Gabriel González Videla (1898 – 1980) en un gesto para ganarse el favor de EEUU. Su padre, Víctor Manuel Díaz López (1919 – 1976), dirigente sindical y subsecretario general del Partido Comunista de Chile, conocido como El Chino Díaz, es detenido por primera vez por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Un año después, lo trasladan al campamento de prisioneros de Pisagua, un campo de concentración para militantes comunistas. Uno de los responsables del centro es el entonces capitán Augusto Pinochet.
Víctor hijo, el cámara de televisión que protagoniza este pódcast, nace al tiempo que muere la ley que encerró a su padre, en 1958. El Chino Díaz, figura clave en el Chile de Salvador Allende (1908 – 1973), se despidió de su mujer y sus hijas el 11 de septiembre de 1973, escondió al adolescente Víctor en casa de una familiar y desapareció. Nunca volvieron a verlo, ni vivo ni muerto.
Víctor hijo
A partir de ahí, empieza un largo periplo para Víctor hijo, primero en Suecia, después en Rusia, donde empezó a estudiar Medicina y a militar en las juventudes comunistas. Tras pasar por Cuba, donde recibe entrenamiento militar, regresa a su Chile natal. Y es así como ingresa en el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), una organización guerrillera que cometió su primer atentado en 1983 y cuyo fin era derrocar la dictadura militar.
En 1986, tras participar en varios atentados y ser detenido por la Brigada de Investigaciones de Asalto”, a Víctor le proponen una misión en la que “sólo hay un 5% de posibilidades de salir vivo», según le advierten. Y acepta, sin saber aún a lo que se enfrenta: detener la comitiva de Pinochet en Santiago y matar al dictador. Querían acabar “con el sufrimiento” de su pueblo, pero fracasaron y fue detenido y torturado hasta dar con sus huesos en la mayor prisión de seguridad del país.
Como cualquier preso, solo soñaba con escapar. Durante año y medio cavó un túnel para fugarse junto a sus compañeros de presidio. A finales de enero de 1990, lograron traspasar los muros de la cárcel, y una vez fuera, Víctor pudo llegar finalmente a Francia tras haber conseguido cruzar a pie de forma “milagrosa” la cordillera de Los Andes hasta Argentina. En la capital gala, sería la mismísima mujer del presidente François Mitterrand la encargada de tramitar el estatuto de refugiado político de este guerrillero chileno reconvertido en cámara de la televisión pública española.
8 episodios
‘El guerrillero’ ha sido producido por la propia Almudena Ariza junto a Francisco Izuzquiza, de Yes We Cast, y cuenta con el diseño sonoro de Alberto Espinosa. Qué importante, por cierto, y qué bien conseguido está el manejo de los silencios en este pódcast.
La historia ha sido relatada en 8 episodios (Golpe de Estado, Clandestinidad, El frente, Matar a Pinochet, Cárcel y torturas, Sigan al burro, El Mocito y Cincuenta años después). Puede escucharse en Spotify (además de otras plataformas de audio como Apple Podcast, iWoox, YouTube, Google Podcast y Amazon Music) desde el pasado 11 de septiembre, fecha en la que se cumplieron 50 años del golpe militar de Pinochet.
Víctor Díaz cuenta que su madre, tras reencontrarse y repasar los duros momentos vividos, le llegó a comentar: “Eso te pasa por tener mala puntería”, en alusión a su fracasado intento de matar a Pinochet. Almudena Ariza, en cambio, sí ha demostrado buena puntería periodística al buscar el nombre de su compañero en internet. Y en ese gesto de curiosidad está el germen de esta pequeña obra maestra que es historia y es dolor. La curiosidad siempre salvará al periodismo.